Guggenheim Bilbao expone un Tapiés Escultor hasta el 19 Enero 2014
Antoni Tàpies. Del objeto a la escultura (1964–2009)muestra al gran público uno de los aspectos más reveladores del artista catalán: su faceta como escultor. La selección, cercana a las cien obras, recorre toda su trayectoria escultórica y objetual, siguiendo sus incursiones en los distintos tipos de técnicas y su empleo de los diferentes materiales: desde los primeros objetos y assemblages de mediados de los años sesenta y setenta hasta las tierras chamoteadas y bronces más recientes. Esta producción, que abarca cinco décadas, constituye un corpus único y autónomo desde el que podemos leer su desarrollo como artista.
Su estilo se define por la palabra matérico, en referencia al uso de elementos de enorme y a veces chocante y humilde fisicidad, hasta vulgaridad, trascendidas por una dimensión espiritual cuyas raíces conectaban con lo más íntimo y ancestral del alma humana.
Estaba muy influenciado por la espiritualidad oriental y especialmente el budismo zen. El contraste entre ese afán universalista y trascendente y su apego a lo cotidiano e incluso lo doméstico —articulaba lo que el artista tenía de más personal y único.
La obra de Tàpies está marcada por las rugosidades, las rasgaduras, las grietas, las cruces y números y signos de su mitología personal. Su trazo es enigmático, su voluntad intrincada, pero su estilo es inconfundible. Todo eso conforma la obra de un artista esencial...
Antoni Tàpies en su taller, Barcelona, 2002
Bañera 1989
Calcetín
Estudio Tápies
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