martes, 25 de febrero de 2014

CEZANNE, la profundidad de la naturaleza

Dedico esta entrada a Cezanne coincidiendo con la exposición "CEZANNE site/non-site" en el Museo Thyssen que os recomiendo  veáis y disfrutéis!

Paul Cézanne, uno de los pintores franceses más significativos de la segunda mitad del siglo XIX, es generalmente considerado «el padre del arte moderno». Comenzó estudiando derecho en Aix, pero en 1861 se trasladó a París para hacerse pintor. En la capital francesa estudió en la Académie Suisse, realizó numerosas copias en el Louvre y se hizo amigo de Camille Pissarro, con quien comenzó a pintar al aire libre. Expuso con los impresionistas en la primera exposición celebrada en el estudio de Nadar, en 1874, y en la tercera de las muestras del grupo en 1877. Las críticas que recibieron sus cuadros provocarían que Cézanne decidiese no volver a exponer en las siguientes convocatorias del grupo y que se alejase de los circuitos artísticos para comenzar un camino personal. Durante toda su vida residió entre París y el sur de Francia, hasta que en 1900 se recluyó definitivamente en Aix-en-Provence, su ciudad natal.



Cézanne consideraba inseparables forma y color. Su lenguaje pictórico se caracteriza por la utilización de áreas de color planas, aplicadas con pinceladas geométricas, que van configurando la superficie del cuadro.


 Sus paisajes, bodegones y retratos rompen con la concepción tradicional de profundidad, definida por planos sucesivos, e intentan captar pictóricamente la estructura interior de las cosas.
Aunque desde sus primeros bodegones realistas de juventud, teñidos aún de un cierto romanticismo, el artista mantuvo un interés permanente por la representación plástica de los objetos inanimados, fue en las composiciones más experimentales de su madurez cuando alcanzó una mayor maestría y desenvoltura.

Botella, garrafa, jarro y limones pertenece a ese conjunto de naturalezas muertas realizadas en los últimos años de su vida, en las que, como escribió el crítico británico Roger Fry , «logró la expresión de los sentimientos más exaltados y de las intuiciones más profundas de su naturaleza»

Más de la mitad de la obra de Cezanne está dedicada al paisaje

Ladera en Provenza' de Paul Cézanne (1890-1892). / NATIONAL GALLERY DE LONDRES

'Curva en lo alto del Chemin des Lauves' (1904-1906). / FUNDACIÓN BEYELER
 Durante su voluntaria retirada a Aix, caminaba cada día sobre los campos próximos a su vivienda. Enemigo radical de las carreteras modernas, le fascinaba seguir los senderos y caminos que en sus obras aparecen siempre cerrados al final. Son bellos caminos que no van a ninguna parte o que, en la perspectiva, no se ve la manera de traspasarlos.

Cézanne. fue casi toda su vida un pintor incomprendido, incluso fracasado, como lo había sido Claude Lantier, el protagonista de la novela de Émile Zola L’Oeuvre, en quien Cézanne se reconoció, lo que provocó la ruptura con su amigo de la infancia. Sólo en los años finales de su vida volvió a exponer en la galería de Ambroise Vollard en 1895, en la que sería su primera muestra individual. A partir de ese momento su obra pudo ser vista en otras exposiciones y comenzó a ser valorada y a influir en los jóvenes fauvistas y en los futuros cubistas. Su exposición póstuma, celebrada en París en 1907, fue toda una revelación y desencadenó el comienzo del cubismo.


Esta pintura pertenece a un conjunto de retratos al aire libre que Cézanne pintó en Aix-en-Provence al final de su vida.


                                                        
 La verticalidad de la figura se contrapone a la fuerte horizontal del parapeto de color ocre, y las pinceladas geométricas y transparentes, aplicadas con el óleo muy diluido, descomponen la imagen en pequeños planos de color


lunes, 17 de febrero de 2014

MORANDI, el objeto como ente

Hombre sencillo y sedentario, Morandi mantuvo siempre una prudente distancia respecto a las convulsiones de su época; como su obra, la vida del artista estuvo envuelta en una atmósfera tranquila y silenciosa.

Centró su trabajo tanto en el paisaje como en la naturaleza muerta, no hay duda de que son sus bodegones lo que evocamos cuando hablamos de este artista.

Giorgio Morandi nació en Bolonia en 1890 en el seno de una familia de clase media; su padre dirigía una oficina comercial en la que el joven comenzó a trabajar a los dieciséis años. Sin embargo, sus dotes artísticas -,que se manifiestan pronto en una serie de dibujos y dos figurillas en terracota para el belén familiar- le llevan a la Academia de Bellas Artes de su ciudad, donde realiza estudios entre 1907 y 1913. Aunque en los primeros años en esta institución Morandi se comporta como un alumno ejemplar, hacia 1911 la relación con sus profesores se va tomando tensa a medida que el joven artista comienza a definir su propio lenguaje.

En esta época, Morandi conoce la obra de Paul Cézanne a través de las reproducciones en blanco y negro del libro de Vittorio Picca. Poco después, las páginas de la revista La Voce le acercan la obra de Derain, el Aduanero Rousseau y el cubismo de Picasso y Braque. Los estímulos modernos no son los únicos que actúan en su formación, pues, durante una estancia en Florencia, también en el decisivo año de 1910, Morandi queda fascinado por las obras de Giotto, Masaccio y, especialmente, de Paolo Uccello.


En 1913, tras superar con ciertas dificultades el examen de aptitud para la enseñanza, consigue una modesta plaza de profesor suplente en escuelas elementales, que mantendrá hasta 1929 y que le llevará a pueblos perdidos de la Emilia. 
De esta época, De Chirico escribiría: "para mantener su obra en la pureza, de noche en las aulas desoladas de alguna escuela elemental, Morandi enseña a los niños las leyes eternas del dibujo geométrico, el fundamento de toda gran belleza y de toda profunda melancolía ". También en 1913, el pintor comienza a relacionarse con los futuristas por mediación de su compañero de estudios Osvaldo Licini, quien le pone en contacto con Marinetti, Russolo y Boccioni. 
En los meses siguientes, Morandi asiste con cierta frecuencia a las reuniones del grupo y presenta dos obras a la Primera Exposición Futurista Libre, celebrada entre abril y mayo de 1914 en Roma. Pese a estos contactos, mantiene la independencia frente al movimiento liderado por Marinetti y, sin perder la impronta cezanniana, se va aproximando al cubismo.











lunes, 3 de febrero de 2014

JASPER JOHNS, La transición creativa

Jasper Johns nació en Augusta , GA, y criado en Adelade, SC. Desde muy temprana edad, creció queriendo ser un artista. 
Jasper Johns fue un artista que llegó a la escena en la década de 1950.

Gran parte del trabajo que él creó llevó al público estadounidense lejos de la forma del expresionismo, y hacia un movimiento de arte o forma conocida como el hormigón.






Al mudarse a Nueva York, Jasper Johns reunir artistas, lo que le llevó por el camino de querer trabajar en este campo de la carrera aún más. John Cage (compositor) y Merce Cunningham (coreógrafo), y Robert Rauschenburg (pintor), fueron algunas de las primeras influencias que conoció en Nueva York. Una visita a Pennsylvania, para ver "El Gran Vidrio" (Marcel Dunchamp), creó una intriga en su trabajo para Johns. Dunchamp había cambiado el mundo del arte con los "readymades" (una serie de objetos encontrados, pintados como obras terminadas). 



 A medida que el mundo del arte fue en busca de nuevas ideas, fuera del estilo puramente abstracto, las primeras pinturas de mapas y banderas que Jasper Johns creó, tomaron tanto la alabanza y el ridículo por algunos críticos en el mundo del arte. 








Johns tenía la capacidad de experimentar, y también le dio la capacidad de profundizar en los nuevos esfuerzos, y para trabajar con las diferentes formas de arte que él admiraba tanto. Las innovaciones que encontró en la serigrafía, la litografía y el aguafuerte, revolucionarían por completo este campo del arte, y crearían una carrera que se celebraría una serie de piezas que admiraba el mundo del arte.